PROPIEDADES MÁGICAS Y ESOTERICAS DE LA PASIONARIA/PASSIFLORA
Las propiedades mágicas de la Pasionaria o Passiflora vienen determinadas por su capacidad de «supervivencia y perseverancia». Pocas plantas y flores tienen la carga simbólica que tiene la flor de la pasión. La Pasionaria, aunque atendiendo a su aspecto simplemente, podría definirse por su belleza y delicadeza, no podemos dejar de lado, y tenemos que prestar especial atención al hecho de que puede sobrevivir en muchos ambientes, incluso en los más hostiles.
Las propiedades mágicas de la Pasionaria o Passiflora son:
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- Es ideal para emplearla como protección.
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- Te ayuda a desatascar aquello que está bloqueado en tu vida, abre los caminos que te conducen a tus objetivos.
- Es útil para mantenernos centrados en un objetivo y no desistir pese a las dificultades. Es decir, a mantener la pasión en aquello que queremos sin desanimarnos.
El nombre de «Passiflora», le fue dado por Carlos Linneo a este género de plantas, proviene del latín «flos passionis» que significa literalmente «flor del sufrimiento» o «flor de la pasión» en alusión a la Pasión de Cristo ya que los primeros españoles que llegaron a América quisieron ver los instrumentos utilizados durante la Pasión en las diferentes partes que conforman estas flores, como puedes ver más abajo en la sección de leyendas. Pero originariamente era conocida como MBURUCUYÁ
USOS ESOTÉRICOS DE LA PASSIFLORA O PASIONARIA
La passiflora o pasionaria, como hemos dicho tiene la propiedad de potenciar y mejorar la efectividad en Rituales y Hechizos Abrecaminos. Por eso se puede emplear utilizar cuando sientes que tienes una mala racha o una etapa en la que todo se bloquea y necesitas salir de ella.
Tiene además la propiedad mágica de ayudarnos en los rituales de crecimiento y evolución personal ya que otra de sus cualidades es la de ayudarnos a superar obstáculos, mantener nuestro empeño y conseguir nuestros objetivos.
Otra de sus propiedades mágicas es muy empleada en los rituales y hechizos para nuestro hogar, ya que tenerla en casa trae tranquilidad en los momentos en los que se experimentan dificultades o tensiones.
Y por supuesto, es muy útil en los hechizos y rituales de protección.
LEYENDAS DE LA PASIONARIA O PASSIFLORA
LEYENDA DE LA PASIÓN DE CRISTO
Lo más curioso del mburucuyá es su flor, que se dice que representan: la corona de espinas que le pusieron en la cabeza a Jesús, los tres clavos con que fue fijado en la cruz, las cinco llagas que laceraron su cuerpo y las cuerdas con que lo aprisionaron. Su fruto pequeño como un huevecillo y anaranjado, encierra unas semillas rojizas que se interpretan como las gotas de sangre coagulada que brotaron de las heridas del santo cuerpo. Los pétalos representan los apóstoles de la última cena, exceptuando a Judas Iscariote y a Pedro.
LEYENDA DE LA FLOR DEL MBURUCUYÁ
Mburukujá era una doncella española blanca y linda, llegada a tierras guaraníes con su padre, un capitán. No era mburukujá su nombre cristiano, sino el que le daba quien la amaba furtivamente, un aborigen guaraní. Mburukujá y su amante se veían a escondidas del padre de ella, que no hubiese permitido jamás que ella se esposase con un hereje y enemigo.
El padre había elegido como esposo para su hija a un capitán. Ella se negó a aceptarlo porque no lo amaba, y aquello exasperaba al viejo capitán, autoritario y despótico.
Los amantes se veían cada vez menos, a la tarde y a escondidas. Ella no podía salir de noche, ya que no lograba burlar la vigilancia paterna; pero él sí, siempre oculto en las sombras. Sólo al amanecer, se iba sin verla, pero confiando a la brisa algunos melancólicos sonidos de su rústica flauta de caña.
Una noche dejaron de oírse estos sonidos… Mburukujá lo buscó a la noche siguiente, pero no lo encontró.
El amante no apareció. Desesperada por la angustia, se volvió pálida y ojerosa, triste su mirada, muda en expresión dolorosa. A nadie podía hacer partícipe de su pena de amor. Al fin, un atardecer en que ella (como si aún aguardase) estaba mirando a lo infinito, vio aparecer entre los matorrales cercanos la figura de una vieja india. Era la madre de su amante y venía a narrarle su triste destino. Había sido asesinado por el padre de ella. Mburukujá se fue tras la india al sitio donde los restos mortales de su amado reposaban: una tumba aérea, según la costumbre guaraní, perdida en el bosque. Loca de dolor cavó una ancha fosa: depositó allí el cuerpo desu amado, y sobre él se clavó en el corazón una flecha que su amado le había regalado.
Y la pequeña flecha de plumas, quedó sobre el corazón, como una flor exótica que de él brotada. La vieja indiase encargó de enterrar los cuerpos y, tiempo después, ella fue la primera en ver asombrada, cómo de aquella sepultura brotaba una planta no vista hasta entonces. Era el mburucuyá.
LEYENDA DEL SACERDOTE
Un sacerdote cruzaba todos los días la selva en busca de indios para convertir. Cierta vez al cruzar una picada, oyó el angustioso lamento de una niña que perseguida por un yaguareté, se había refugiado en las ramas de un débil árbol. Hacia allí se dirigió resueltamente el misionero, atrayendo sobre sí la furia del yaguareté, mientras gritaba a la desolada criatura que huyera velozmente para salvarse.
Mientras tanto la fiera, dejando una presa por otra, se abalanzó sobre el sacerdote, y con zarpazos terribles y potentes destrozó su vida. La sangre regó el blando suelo, sobre el que al poco tiempo nació una planta, el mburucuyá o pasionaria, cuya flor recuerda al mundo la belleza de sufrir por el bien de los demás…