La carta de Julnar la nacida en el mar representada en el 10 de Copas del Tarot of The Divine. El 10 de Copas representa aquí la REALIZACIÓN en todos los aspectos.
Esta carta nos traslada hasta una Leyenda Persa que forma parte de «las mil y una noches«. Esta leyenda, y las que surgen de ella, abarcan las noches 739 a 756. Y los que narran la leyenda cuentan que…
Había una vez en los días que quedaron atrás, un Rey llamado Shehriman. Tenía cientos de concubinas, pero ninguna de ellas le daba un hijo o hija. Un día, pensando en esto, comenzó a lamentarse de que gran parte de su vida había pasado y no había tenido un hijo al que pasar el legado de su reino, al igual que lo habían hecho sus antepasados.
Cuando estaba sumido en su melancolía uno de sus oficiales se acercó a él y le dijo «En la puerta hay un mercader, con una mujer esclava, que nunca se ha visto a alguien tan perfecta«
Acudió a verla, y el mercader retiró el velo de seda de la cara de la mujer. En ese momento todo el lugar se iluminó. El Rey quedó maravillado por su belleza y encanto, y la compró.
El Rey ordenó ataviarla con lujosas sedas y ordenó acondicionar un espacio para ella.
La acomodaron en una estancia con amplios ventanales que miraban hacia el mar. El Rey estaba maravillado con su rostro similar a la luna llena, con su simetría, su elegancia…Pero la mujer no hablaba. El Rey intentaba hablar con ella, le preguntaba su nombre, su vida, sus gustos…pero no conseguía que la mujer dijera una sola palabra.
Organizaba fiestas con música en las que todos reían y bailaban, excepto aquella mujer, que se mantenía en silencio sin ni siquiera esbozar una sonrisa. El Rey estaba realmente extrañado, porque le daba y ofrecía todo para que ella estuviera bien, pero hiciera lo que hiciera, la mujer continuaba en absoluto silencio.
El Rey la amaba, veía en ella no solo su belleza física, sino su resplandor, su elegancia, por lo que decidió casarse con ella y renunció al resto de concubinas.
Una noche, y aunque la mujer seguía sin dar respuesta a su preguntas, el Rey le contó que la amaba, y que no deseaba nada más en el mundo, que tener un hijo con ella. Un hijo que pudiera continuar el legado que el había recibido. Y le pidió a la mujer que si realmente lo amaba, le devolviera una respuesta.
En ese momento la mujer esbozó una sonrisa y la habitación se iluminó. En ese momento la mujer habló. El deseo del Rey estaba concedido y un hijo o hija, estaba en camino.
La alegría inundó el reino. El Rey le preguntó a la mujer cuál era el motivo de su largo silencio. Y entonces la mujer comenzó a contarle su historia: tenía el corazón roto porque había sido separada de su madre y su familia. «Me llamo Julnar del Mar y mi padre era uno de los reyes del mar. El falleció y nos legó su reino, pero otro de los reyes del mar nos lo arrebató. Mi madre también es una mujer del mar y tengo un hermano llamado Salih. Llegué a la orilla con la luna, donde me recogieron y trajeron aquí, donde realmente me has amado y cuidado. Y quiero ir a contarles mi historia a mi familia. En el mar hay muchas y muy diversas criaturas…»
Y Julnar acudió a contárselo a su hermano, que emergió del fondo del mar…
Y este es el inicio de las historias que se encadenan unas con otras en las mil y una noches, de la que puedes leer más en la leyenda de la Suma Sacerdotisa: Scherezade y Las Mil y Una Noches.