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El Ermitaño: la Leyenda de la mujer cierva

El Ermitaño: la Leyenda de la mujer cierva

El ermitaño del Tarot of The Divinerepresentado en esta Leyenda Irlandesa por el Druida de las Hadas, nos viene a recordar que no debemos cerrarnos en nosotros mismos y en nuestras ideas en exceso:

En el reino de Irlanda vivía un joven llamado Finn MacCumhail, que yendo un día de cacería, persiguió a una cierva, hasta que los perros la rodearon. El animal, agotado por la persecución, se desplomó en mitad del bosque, quedando a merced de Finn y sus perros. Pero los perros, sorprendentemente, en lugar de atacarla, empezaron a jugar con la cierva. El cazador, ante este hecho, ordenó que nadie la lastimara y la llevó consigo a su castillo.

Aquella noche, como por encanto, Finn se despertó y encontró a su lado a la doncella más hermosa que jamás hubiera visto. Aquella cierva era en realidad una mujer, la bella Sabh, que había sido hechizada por un druida perverso, el druida del Pueblo de las Hadas, a quien ella había rechazado. Finn y Sabh se casaron y fueron felices, hasta que Finn tuvo que partir de nuevo a librar nuevas batallas. Finn no tardó mucho en regresar a su fortaleza, apenas siete días, pero algo había ocurrido en su ausencia: Sabh había desaparecido, convertida de nuevo en cierva por el hechicero.

Finn MacCumhail no dejó un solo momento de buscar a su amada, hasta que siete años después rescató en el bosque a un niño que estaba siendo atacado por una jauría de perros. El niño le contó que había sido criado en un hermoso valle por una cierva; y que sólo recibían la visita de un anciano, a quien su madre, la cierva, rechazaba todos los días, hasta que el anciano la ató con un lazo de niebla y se la llevó. La cierva no era otra que Sabh y el viejo era el malvado druida del Reino de las Hadas. Finn comprendió entonces que aquel niño era su hijo y lo llamó Oisín (que significa ‘pequeño ciervo’).